martes, 15 de septiembre de 2009
18.- LAURA BOZZO: UN VOMITO DE EXPORTACION
- La fauna de mamarrachos peruanos no deja de sorprender con su variedad de vida silvestre aberrante, y en esta oportunidad cruza por este tópico la imagen espectral de una mujer heredada de la peste fujimorista que asoló el Perú y cuyo perfil chabacano evoca el peor contrapunto imaginable en medio de los bajos fondos. La ejemplar de sexo hembra llamada Laura Bozzo es una muestra desconcertante de lo que en contados y deshonrosos casos, ni la educación puede lograr, y es que se puede cruzar las aulas de alguna universidad – como quien franquea en descalza angustia las arenas del Kalahari – y emerger como un mamífero de supina, reverenda y superlativa ignorancia moral y analfabetismo funcional, sin capacidad del discernimiento entre lo bueno y lo malo y terminar con una habitual conducta de rebuzladrido ante el menor estímulo.
- Musa de las coprolalias, energúmena de las buenas formas, asesina rutinaria de Carreño y su manual, Petulante y prepotente como un nazi y groseramente vulgar como recluso de correccional, su mera existencia física es una aberración y desgracia para la especie humana, increíblemente alguna vez tuvo un esposo – aunque hoy comparte el lecho de su flácido y deshidratado pellejo con un vividor argentino – y llegó a ocupar antes de su estrellato en lo más sórdido del espectáculo, cargos en la administración pública ligada a la cultura y a la gestión edil, después del cual ingresa con una última reserva de recato en la televisión gracias al Canal de Ricardo Belmont y luego a Panamericana Televisión donde cual bruja alquimista halla la fórmula para el éxito en un género naciente llamado “Talk Show”, el cual en sus inicios exhibía a seres de los estratos sociales más diversos de obtener una efímera celebridad. Con esta baratija como mercadería llegaría al canal de los Crousillat y al cielo mediático con todo el poder que ello le significaba y que una troglodita como ella manejaría con todos los excesos de perversión.
- Su unión al productor Alberto Rojas supuso una pareja creativa que significaban una dupla del tipo Richards-Jagger o Lennon-Mcartney de la mugre en Televisión, juntos como se diría eran dinamita, la lengua depredadora de la Bozzo y la enfermiza imaginación del productor crearon la abominación más extrema de la televisión de todos los tiempos en el Perú, ideal para una sociedad que evolucionaba adquiriendo estándares de ferocidad y salvajismo urbano nunca antes vistos. Y así se creó “Laura en América” toda una versión criolla de “Caníbal Holocausto”, donde toda suerte de cavernícolas rentados eran reclutados por sus coordinadores en los bajos fondos limeños para nutrir de material “humano” las sordideces del cerebro de Rojas en un espectáculo denigrante que después fue exportado al extranjero contribuyendo a formar un prototipo poco amable del peruano que se exponía así ante la visión arqueológica del hemisferio norte donde parecían recrearse observando los comportamientos tribales humanoides de los participantes. Algunos capítulos fueron para la antología de la depravación social, con títulos que parecían salidos de las más fétidas mazmorras del cerebro de algún degenerado.
- Pero además tanta basura que significaba entretenimiento efectista no podía pasar desapercibido para la mafia fujimorista, y con el tiempo ambas miserias no tardarían en hacer empatía y servirse uno del otro; la pandilla de la Bozzo cumpliría su papel de verter su estiércol para embrutecer más al populacho – que así dejaban de fijarse en la corrupción gubernamental y los asuntos nacionales de fondo –, de paso haciendo de vez en cuando vivas al dictador, y el gobierno colocaría toneladas de dinero en su canal proselitista y cirquero favorito.
- El paso a un nuevo milenio y el hastío de toda la pus encerrada en el absceso fujimorista, agotaron su fórmula para el medio, con lo que tuvo que terminar su programa y pagar las facturas de sus encamadas con la mafia incluyendo cariños a Montesinos en los momentos en que andaba fugándose de la justicia, pasando algunos meses en arresto domiciliario desde donde seguía empaquetando guano nacional para exportarlo al extranjero.
- Se sabe de una deliciosa anécdota de su encuentro con otro ser de su misma dimensión moral como el congresista Gustavo Espinoza Soto en un duelo de colas agudas, se dice que cuando ambos fueron regidores por Lima en el periodo de Ricardo Belmont y la siempre hirviente Bozzo revolcaba sus pasiones lujuriosas con otro regidor en un hotel cercano al municipio, Espinoza un día empezó a llevar un video bajo el brazo a las reuniones de consejo – donde previamente había hecho correr el rumor que la Bozzo y su pasajero consolador de libido habían sido filmados ingresando a dicho hotel – para atormentar el rabo de paja de la futura estrella de la televisión; inclusive, para colmo se sabía incluso que la cuenta del hotel era pagada con dineros municipales. Todo un caso típico de los que años después alimentaron sus programas.
- La permisividad a la existencia de todo lo que se forjó alrededor de Laura Bozzo – ya ni siquiera su éxito – llama a la reflexión y consecuente vergüenza a la propia sociedad que la excretó por la complacencia con que la observaba, cabe delegar responsabilidad también a quien alimentó este fenómeno en sus estrenos: la sintonía adicta de miles de ciudadanos sin nada mejor en que ocupar sus potenciales. Es decepcionante por otra parte reconocer la propia realidad de tal manera, es que apenas cruzando la frontera se puede caer en comunidades kilómetros mas cercanos a la civilización social, donde de paso programas como el de la Medina y Bozzo no tienen cabida ni en los adentros más primitivos del vulgo, para ejemplo en Chile el canal que propaló algunas horas de su engendro fue multado drásticamente y en el Ecuador un programa como el de la Bozzo puede ser demolido de facto en un arranque de pudor del propio presidente Correa; la histérica ignorancia de la Sra. Bozzo llega a llevarla a roznar con su acostumbrado y ordinario estilo: ¿y quien es él para hablar así de mi programa? refiriéndose al Presidente de Ecuador.
- Ante semejante masa soberana dictadora de la televisión, cabe preguntar ¿es el Perú un país imputable para gobernarse? ¿Puede permitirse a una multitud de apenas semi civilizados marcar la tendencia de un instrumento de entretenimiento y cultura de algún país? Como puede preciarse de post bárbaro una sociedad que permite y celebra ese tipo de manifestaciones. Actualmente para suerte del Perú y desgracia del resto del mundo México, un país de manifestaciones culturales bastante semejantes a la peruana en sus cimientos la acoge cordialmente, ojala que por los tiempos de los tiempos.
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