- La prensa en el Perú conoció alguna vez tiempos de respeto basados en la entrega y honestidad, como olvidar la gesta de los héroes de Uchuraccay en búsqueda de la verdad más allá de endebles comunicados oficiales, las promociones de alumnos del maestro Enrique Zileri, los vigentes y pasados actos de César Hildebrandt, el carácter de Alfonso Telado. Ellos hicieron honor al apelativo de la más noble de las profesiones. Pero el paso del tiempo trajo cambios para los tiempos románticos y el periodismo que respondía a su conciencia alojada en cualquier extremo político se transmutó a un periodismo de vendimia al más poderosos postor. Aunque se sabe que los periodistas como empleados de medios de comunicación no disponen de la autonomía absoluta, pero los márgenes de consecuencia que dicta la prudencia son visibles y más allá de ello se entra en el terreno del servilismo hacia las jerarquías e intereses y se renuncia a la esencia de ser periodista.
- Los tiempos de dictaduras además de traer caudillismos populares entre el vulgo, instalan – sea subrepticiamente o con el mayor desparpajo – podredumbres corruptas a todo nivel administrativo, financiero, judicial, etc., y uno de los sectores claves a manejar para mantener en éxtasis permanente a los súbditos sintonizados con la función circense es definitivamente la prensa. No se concibe dictadura decente sin el manejo mafioso de los medios de comunicación social, esta pieza es indispensable en sus maquinarias, así lo atestiguan los casos bajo la batuta de Rafael Trujillo, Fidel Castro, Jorge Videla, Slobodan Milósevic, Jiang Zeming, Augusto Pinochet y en el Perú el reciente periodo bajo el yugo de la banda de Alberto Fujimori. De la experiencia criolla nacieron nombres para la infamia al servicio de la ilegitimidad, ellos fueron fácilmente accesible a los mandados de sus amos, y se contaron entre los patrones de la prensa a cobardes que escaparon del país cuando la dictadura fuji-montesinista apretaba y ya no hacía negocios con ellos, otros que se sentaban a recibir millones en la sala del Servicio de Inteligencia, y otros que acudían a pedir favores vendiendo su línea y ofreciendo cabezas de periodistas que tenían la osadía de ser críticos al régimen.
- Los roles que jugaron en esta farsa fueron diversos; algunos lacayos como Jorge Morelli, Luis Rey de Castro, José Olaya, Humberto Jara, Efraín Trelles, Raúl Chanamé, Fernán Altuve, César Campos y otros de nauseabunda recordación se pusieron la camiseta, lavaron las medias e hicieron barra con waripola incluida abiertamente; otros como el mismo José Olaya, Guillermo Thorndike, los hermanos Wolfenson, Augusto Bressani se solaparon en alguna oficina cumpliendo encargos en los argumentos de la prensa chicha; algunos como Rosa Maria Palacios y Dennis Vargas Marín jugaban a la tecnocracia neutral encerrados en una nube sin incomodar a nadie o a hacerse los cojudos que es lo mismo, aunque no tanto como Federico Salazar y Sol Carreño en sus trivialidades matinales; unas, mas fungían de harem como Aurea Sampen, Violeta Tenorio; algunos más míseros como Enrique Vidal, Jesús Miguel Calderón servían la mesa; otros como Mónica Delta, Álamo Pérez, Nicolás Lúcar, Eduardo Guzmán solo cumplían la lectura al pie de la letra como retoños de kinder y en el caso de Mónica y Lúcar hacían un esfuerzo histriónico en sus entrevistas y programas pero nunca sabían nada ni tenían las ganas de poner en juego su juicio o sus estratos cerebrales grises. En el posterior periodo de caída e investigación a la dictadura todos cantaron al unísono en reprise: “… yo no sabía que …”, como de una frase programada en el instructivo genómico de limítrofes se tratara.
- Pero el periodismo peruano es prolífico en entregar bribones cada cierto tiempo y es así que últimamente dos distinguidos y acomplejados neonazis racistas han hecho su ingreso al escenario como Aldo Mariátegui y Andrés Bedoya Ugarteche, ambos mediocres excéntricos de la pluma y el verbo que han hecho notoriedad por sus desafortunados deslices en ese sentido, pero su historia es aún incipiente entre la mugre nacional.
- Los tiempos de dictaduras además de traer caudillismos populares entre el vulgo, instalan – sea subrepticiamente o con el mayor desparpajo – podredumbres corruptas a todo nivel administrativo, financiero, judicial, etc., y uno de los sectores claves a manejar para mantener en éxtasis permanente a los súbditos sintonizados con la función circense es definitivamente la prensa. No se concibe dictadura decente sin el manejo mafioso de los medios de comunicación social, esta pieza es indispensable en sus maquinarias, así lo atestiguan los casos bajo la batuta de Rafael Trujillo, Fidel Castro, Jorge Videla, Slobodan Milósevic, Jiang Zeming, Augusto Pinochet y en el Perú el reciente periodo bajo el yugo de la banda de Alberto Fujimori. De la experiencia criolla nacieron nombres para la infamia al servicio de la ilegitimidad, ellos fueron fácilmente accesible a los mandados de sus amos, y se contaron entre los patrones de la prensa a cobardes que escaparon del país cuando la dictadura fuji-montesinista apretaba y ya no hacía negocios con ellos, otros que se sentaban a recibir millones en la sala del Servicio de Inteligencia, y otros que acudían a pedir favores vendiendo su línea y ofreciendo cabezas de periodistas que tenían la osadía de ser críticos al régimen.
- Los roles que jugaron en esta farsa fueron diversos; algunos lacayos como Jorge Morelli, Luis Rey de Castro, José Olaya, Humberto Jara, Efraín Trelles, Raúl Chanamé, Fernán Altuve, César Campos y otros de nauseabunda recordación se pusieron la camiseta, lavaron las medias e hicieron barra con waripola incluida abiertamente; otros como el mismo José Olaya, Guillermo Thorndike, los hermanos Wolfenson, Augusto Bressani se solaparon en alguna oficina cumpliendo encargos en los argumentos de la prensa chicha; algunos como Rosa Maria Palacios y Dennis Vargas Marín jugaban a la tecnocracia neutral encerrados en una nube sin incomodar a nadie o a hacerse los cojudos que es lo mismo, aunque no tanto como Federico Salazar y Sol Carreño en sus trivialidades matinales; unas, mas fungían de harem como Aurea Sampen, Violeta Tenorio; algunos más míseros como Enrique Vidal, Jesús Miguel Calderón servían la mesa; otros como Mónica Delta, Álamo Pérez, Nicolás Lúcar, Eduardo Guzmán solo cumplían la lectura al pie de la letra como retoños de kinder y en el caso de Mónica y Lúcar hacían un esfuerzo histriónico en sus entrevistas y programas pero nunca sabían nada ni tenían las ganas de poner en juego su juicio o sus estratos cerebrales grises. En el posterior periodo de caída e investigación a la dictadura todos cantaron al unísono en reprise: “… yo no sabía que …”, como de una frase programada en el instructivo genómico de limítrofes se tratara.
- Pero el periodismo peruano es prolífico en entregar bribones cada cierto tiempo y es así que últimamente dos distinguidos y acomplejados neonazis racistas han hecho su ingreso al escenario como Aldo Mariátegui y Andrés Bedoya Ugarteche, ambos mediocres excéntricos de la pluma y el verbo que han hecho notoriedad por sus desafortunados deslices en ese sentido, pero su historia es aún incipiente entre la mugre nacional.
EDUARDO GUZMAN
EL BRUTO, CASIO Y CASCA DE AUGUSTO FERRANDO
- Títere secundario en la comedia de prensa en la época fujimontesinista, le tocó en suerte representar un último acto espontáneo del bochorno periodístico de la parte del gremio servil que representó tan vilmente cuando se descubre el video Shutz – Montesinos, donde el entonces presidente del directorio de Panamericana Televisión vende su voluntad, alma, corazón y vida al servicio del régimen corrupto en la salita del Servicio de Inteligencia Nacional ante Vladimiro Montesinos a cambio de convincentes sacos de dinero, producto de lo cual como fue evidente en esos años dicho canal mantuvo una línea a favor de Fujimori y en contra de todo lo que se le oponga; esa noche el sacrificado Eduardo Guzmán abre el noticiero leyendo su párrafo resumido en la siguiente idea: “esta noche fue difundido un video donde se observa a Vladimiro Montesinos entregando un aparente soborno a Ernesto Shutz intentando comprar la línea editorial de Canal Cinco ¡SIN LOGRARLO!”, Frase esta ultima expresada con un solemne orgullo que era inevitable la inspiración de una carcajada ante tan afeminado cinismo.
- Antes de ese paso mayordomal por el canal Cinco, Guzmán hace triste celebridad en un infame capitulo de un amarillento programa llamado fuego cruzado que conducía con una cosa que insinuaba ser humana llamada Mariella Balbi, y donde fueron las versiones circenses de Casio y Bruto ante el popular animador de la televisión peruana Augusto Ferrando; en una trampa montada por algunos deleznables tras bastidores invitaron a una farsa de homenaje para Augusto Ferrando, pero en realidad se le tendía una trampa para hacerle pasar un mal momento en inescrupuloso pro de la sintonía y para ello reunieron a lo mas pestilente del excremento nacional como panelistas, allí estaban Martha Hildebrandt, maestra del vilipendio y la critica destructiva hasta la obsesión, amargada y acidificada por largos siglos de sequía orgásmica; Manolo Salermo un columnista de columnas faranduleras de diarios, legendario por su mezquindad como persona y sus apetitos por las propinas a cambio de buenos comentarios y una aun desconocida aprendiz del oficio de periodiquero llamada Magaly Medina, resentida por una vida de desprecios eméticos a su desafortunada humanoidedad facial, pero un dechado de maldad sádica como una forma particularmente suya de terapeutica venganza a la vida. Este grupo se encargó de manipular malintencionadamente a Ferrando, el “negro” Ferrando como se le llamaba cariñosamente tenia la vehemencia de su sangre italiana, lo que unido a sus talentos lo llevó al olimpo televisivo que muchos le envidiaban, pero también tenia la hipersensibilidad emocional de su vena morena y esa noche la lluvia de ponzoña destilada por seres infelices del panel en complicidad con los conductores hicieron mella en la salud del diabético e hipertenso Ferrando – aunque intentara disimularlo posteriormente – lo que fue notorio para sus amigos y seguidores.
- Eduardo Guzmán se exhibe en sus someros y superficiales comentarios de crítico de todo lo criticable – que siempre hay disponible en un noticiero sensacionalista peruano – como si poseyese autoridad moral alguna luego de sus papeles de lacayo de la mugre, evidentemente la autocrítica, el espejo del alma y la humildad no formaron parte de su entrenamiento familiar profesional, o probablemente estos valores nunca fueron compatibles a un ser como él, formado para servir a la venerable pendejada.
- Títere secundario en la comedia de prensa en la época fujimontesinista, le tocó en suerte representar un último acto espontáneo del bochorno periodístico de la parte del gremio servil que representó tan vilmente cuando se descubre el video Shutz – Montesinos, donde el entonces presidente del directorio de Panamericana Televisión vende su voluntad, alma, corazón y vida al servicio del régimen corrupto en la salita del Servicio de Inteligencia Nacional ante Vladimiro Montesinos a cambio de convincentes sacos de dinero, producto de lo cual como fue evidente en esos años dicho canal mantuvo una línea a favor de Fujimori y en contra de todo lo que se le oponga; esa noche el sacrificado Eduardo Guzmán abre el noticiero leyendo su párrafo resumido en la siguiente idea: “esta noche fue difundido un video donde se observa a Vladimiro Montesinos entregando un aparente soborno a Ernesto Shutz intentando comprar la línea editorial de Canal Cinco ¡SIN LOGRARLO!”, Frase esta ultima expresada con un solemne orgullo que era inevitable la inspiración de una carcajada ante tan afeminado cinismo.
- Antes de ese paso mayordomal por el canal Cinco, Guzmán hace triste celebridad en un infame capitulo de un amarillento programa llamado fuego cruzado que conducía con una cosa que insinuaba ser humana llamada Mariella Balbi, y donde fueron las versiones circenses de Casio y Bruto ante el popular animador de la televisión peruana Augusto Ferrando; en una trampa montada por algunos deleznables tras bastidores invitaron a una farsa de homenaje para Augusto Ferrando, pero en realidad se le tendía una trampa para hacerle pasar un mal momento en inescrupuloso pro de la sintonía y para ello reunieron a lo mas pestilente del excremento nacional como panelistas, allí estaban Martha Hildebrandt, maestra del vilipendio y la critica destructiva hasta la obsesión, amargada y acidificada por largos siglos de sequía orgásmica; Manolo Salermo un columnista de columnas faranduleras de diarios, legendario por su mezquindad como persona y sus apetitos por las propinas a cambio de buenos comentarios y una aun desconocida aprendiz del oficio de periodiquero llamada Magaly Medina, resentida por una vida de desprecios eméticos a su desafortunada humanoidedad facial, pero un dechado de maldad sádica como una forma particularmente suya de terapeutica venganza a la vida. Este grupo se encargó de manipular malintencionadamente a Ferrando, el “negro” Ferrando como se le llamaba cariñosamente tenia la vehemencia de su sangre italiana, lo que unido a sus talentos lo llevó al olimpo televisivo que muchos le envidiaban, pero también tenia la hipersensibilidad emocional de su vena morena y esa noche la lluvia de ponzoña destilada por seres infelices del panel en complicidad con los conductores hicieron mella en la salud del diabético e hipertenso Ferrando – aunque intentara disimularlo posteriormente – lo que fue notorio para sus amigos y seguidores.
- Eduardo Guzmán se exhibe en sus someros y superficiales comentarios de crítico de todo lo criticable – que siempre hay disponible en un noticiero sensacionalista peruano – como si poseyese autoridad moral alguna luego de sus papeles de lacayo de la mugre, evidentemente la autocrítica, el espejo del alma y la humildad no formaron parte de su entrenamiento familiar profesional, o probablemente estos valores nunca fueron compatibles a un ser como él, formado para servir a la venerable pendejada.
NICOLAS LUCAR Y ALAMO PEREZ LUNA
LOS MAYORDOMOS DOMINICALES
- Como es sabido “América Televisión” fue el canal favorito de la dictadura de los noventas, y la cúspide del pacto de pandilleros entre la mafia fujimontesinista y los Crousillat fue el programa “La Revista dominical” dirigido por Nicolás Lúcar, todas las primicias, entrevistas farsescas a funcionarios del estado de todo grosor de piel, operativos psicosociales, algunos de los reportajes más estúpidos de la historia de la televisión nacional acolchonados por la antena caliente del canal fueron acogidos con genuflexa alegría en tal programa que se convertía en vocera casi oficial de la dictadura. Son capítulos antológicos del estercolero periodístico peruano de todos los tiempos, las entrevistas complacientes al dictador con su asesor al lado incluido, las defensas ardientes de la Fiscal de la nación de entonces y futura ladrona comprobada Blanca Nélida Colán para con el asesor Montesinos cuando involucrado por las declaraciones del narcotraficante Peña Herrera “Vaticano”, las campañas de desprestigio contra las víctimas de la violación de derechos humanos por parte de aparatos del estado, las primicias de la lucha contra el terrorismo encargados al reportero favorito de Montesinos y el SIN el Sr. Álamo Pérez Luna, se recordará su entrevista donde el propio Vladimiro Montesinos aparece detrás de cámaras supervisando el correcto desarrollo del trabajo de Álamo.
- Nicolás Lúcar un ex-socialista en sus tiempos románticos y ya un burgués hecho y derecho en su adultez, en parte gracias a su matrimonio con una de las hijas del dueño de América Televisión, no sospechó seguramente el impacto que tendría en su programa luego de su paso por las filas de los programas de César Hildebrandt de quien no asimiló en nada el espíritu contestatario. A fines de los noventas, en pleno auge de la mugre fujimorista en todos los estamentos de la nación pese a la creciente ola opositora, el programa es sacado del aire, aunque no evidentemente por destape alguno – inimaginable mientras el clan Crousillat-Lúcar dirigiese el canal – sino por desavenencias entre Lúcar y su suegro a raíz de la inédita entrevista de Álamo Pérez Luna a la pareja Fujimori-Montesinos, realizada sin el consentimiento del director Lúcar – así de prescindible era – acordada al más alto nivel pasando por encima del director periodístico Lúcar; se dice que de paso había antes un ofrecimiento de Crousillat de entregar la dirección de toda la línea periodística del canal incluyendo noticieros a Nicolás Lúcar, lo que no tenía cuando concretarse. El susodicho hace un justificado berrinche ante tamaño desplante y luego de algunas negociaciones renuncia en un arranque de seudo decencia periodística que no tuvo nunca a lo largo de casi una década. Al parecer el propio presidente Fujimori prefería al siempre sumiso y dócil Álamo Pérez Luna en la ejecución de dicha entrevista típicamente farsesca y preestablecida en sobretodo las preguntas, y de paso Fujimori no parecía extrañar la presencia de su súbdito Lúcar en las pantallas y a los Crousillat les preocupaba por sobretodo las buenas relaciones con el gobierno merced a los beneficios que obtenían de ello como su trato blando en cuanto a sus millonarias deudas tributarias ante SUNAT.
- Si algo había que reconocerle a Lúcar era por lo menos su falta de malicia y petulancia hiper expresiva ante el éxito como lo hacían notorio otros patanes de la televisión parametrada, así luego de la inesperada salida hace un mea culpa de tibia credibilidad y reconoce sus errores, y por lo menos los mas condescendientes la pasaron la palma por el hombro. Pero Nicolás Lúcar terminó después borrando olímpicamente con una artera patada lo que intentaba construir torpemente como nueva imagen.
- Luego de la caída del fujimorismo y tiempo de nuevos aires, algunos de los fieles ex servidores de la dictadura tomaban su año sabático en espera que el tiempo borre la memoria del público, otros se reciclaban como Álamo Pérez Luna que lanzaba su programa “Mea Culpa” siempre en la tibieza que lo caracterizó, Mónica Delta estaba no habida para cualquier reclamo y otros saltaron del barco a tiempo. Pero Lúcar demuestra en esta etapa – donde tuvo una bastante generosa oportunidad al volver con el programa “Tiempo nuevo” – su desconocida faceta pérfida y casi pundonorosa en defensa de la mafia languideciente; cuando ya Paniagua instalado en Palacio de Gobierno y en plena escarba de la mugre del régimen pasado, anuncia una primicia en su nuevo programa, un supuesto colaborador del SIN declara que el propio Paniagua tenía nexos con la mafia montesinista e insinúa que este habría recibido dineros con fines nada santos; fue tan burdo y de tan poca credibilidad el reportaje que motivó la inaudita y rápida intervención del propio presidente Paniagua, hombre de serena personalidad quien llamó airado al programa increpándole ese informe a Lúcar que quedaba muy mal parado, para rematar su situación el propio Alberto Andrade presente en el programa lo remató por esa actitud barata difamadora dejándolo sentado en su set. Luego se descubre que el supuesto agente del SIN era el chofer de la familia Crousillat y toda el montaje era bastante frágil, Lúcar se obliga a renunciar y huir del país un tiempo para evitar el acoso.
- Luego de algunos meses y lamidas vuelve inesperadamente a la televisión vía ATV con “Dïa D” y actualmente infesta Frecuencia Latina donde debe sentirse a gusto en compañía de gente de la calaña de Jaime Baily, Mónica Delta, Aldo Mariátegui, todo un “Dream team” de la hez periodística criolla.
LOS MAYORDOMOS DOMINICALES
- Como es sabido “América Televisión” fue el canal favorito de la dictadura de los noventas, y la cúspide del pacto de pandilleros entre la mafia fujimontesinista y los Crousillat fue el programa “La Revista dominical” dirigido por Nicolás Lúcar, todas las primicias, entrevistas farsescas a funcionarios del estado de todo grosor de piel, operativos psicosociales, algunos de los reportajes más estúpidos de la historia de la televisión nacional acolchonados por la antena caliente del canal fueron acogidos con genuflexa alegría en tal programa que se convertía en vocera casi oficial de la dictadura. Son capítulos antológicos del estercolero periodístico peruano de todos los tiempos, las entrevistas complacientes al dictador con su asesor al lado incluido, las defensas ardientes de la Fiscal de la nación de entonces y futura ladrona comprobada Blanca Nélida Colán para con el asesor Montesinos cuando involucrado por las declaraciones del narcotraficante Peña Herrera “Vaticano”, las campañas de desprestigio contra las víctimas de la violación de derechos humanos por parte de aparatos del estado, las primicias de la lucha contra el terrorismo encargados al reportero favorito de Montesinos y el SIN el Sr. Álamo Pérez Luna, se recordará su entrevista donde el propio Vladimiro Montesinos aparece detrás de cámaras supervisando el correcto desarrollo del trabajo de Álamo.
- Nicolás Lúcar un ex-socialista en sus tiempos románticos y ya un burgués hecho y derecho en su adultez, en parte gracias a su matrimonio con una de las hijas del dueño de América Televisión, no sospechó seguramente el impacto que tendría en su programa luego de su paso por las filas de los programas de César Hildebrandt de quien no asimiló en nada el espíritu contestatario. A fines de los noventas, en pleno auge de la mugre fujimorista en todos los estamentos de la nación pese a la creciente ola opositora, el programa es sacado del aire, aunque no evidentemente por destape alguno – inimaginable mientras el clan Crousillat-Lúcar dirigiese el canal – sino por desavenencias entre Lúcar y su suegro a raíz de la inédita entrevista de Álamo Pérez Luna a la pareja Fujimori-Montesinos, realizada sin el consentimiento del director Lúcar – así de prescindible era – acordada al más alto nivel pasando por encima del director periodístico Lúcar; se dice que de paso había antes un ofrecimiento de Crousillat de entregar la dirección de toda la línea periodística del canal incluyendo noticieros a Nicolás Lúcar, lo que no tenía cuando concretarse. El susodicho hace un justificado berrinche ante tamaño desplante y luego de algunas negociaciones renuncia en un arranque de seudo decencia periodística que no tuvo nunca a lo largo de casi una década. Al parecer el propio presidente Fujimori prefería al siempre sumiso y dócil Álamo Pérez Luna en la ejecución de dicha entrevista típicamente farsesca y preestablecida en sobretodo las preguntas, y de paso Fujimori no parecía extrañar la presencia de su súbdito Lúcar en las pantallas y a los Crousillat les preocupaba por sobretodo las buenas relaciones con el gobierno merced a los beneficios que obtenían de ello como su trato blando en cuanto a sus millonarias deudas tributarias ante SUNAT.
- Si algo había que reconocerle a Lúcar era por lo menos su falta de malicia y petulancia hiper expresiva ante el éxito como lo hacían notorio otros patanes de la televisión parametrada, así luego de la inesperada salida hace un mea culpa de tibia credibilidad y reconoce sus errores, y por lo menos los mas condescendientes la pasaron la palma por el hombro. Pero Nicolás Lúcar terminó después borrando olímpicamente con una artera patada lo que intentaba construir torpemente como nueva imagen.
- Luego de la caída del fujimorismo y tiempo de nuevos aires, algunos de los fieles ex servidores de la dictadura tomaban su año sabático en espera que el tiempo borre la memoria del público, otros se reciclaban como Álamo Pérez Luna que lanzaba su programa “Mea Culpa” siempre en la tibieza que lo caracterizó, Mónica Delta estaba no habida para cualquier reclamo y otros saltaron del barco a tiempo. Pero Lúcar demuestra en esta etapa – donde tuvo una bastante generosa oportunidad al volver con el programa “Tiempo nuevo” – su desconocida faceta pérfida y casi pundonorosa en defensa de la mafia languideciente; cuando ya Paniagua instalado en Palacio de Gobierno y en plena escarba de la mugre del régimen pasado, anuncia una primicia en su nuevo programa, un supuesto colaborador del SIN declara que el propio Paniagua tenía nexos con la mafia montesinista e insinúa que este habría recibido dineros con fines nada santos; fue tan burdo y de tan poca credibilidad el reportaje que motivó la inaudita y rápida intervención del propio presidente Paniagua, hombre de serena personalidad quien llamó airado al programa increpándole ese informe a Lúcar que quedaba muy mal parado, para rematar su situación el propio Alberto Andrade presente en el programa lo remató por esa actitud barata difamadora dejándolo sentado en su set. Luego se descubre que el supuesto agente del SIN era el chofer de la familia Crousillat y toda el montaje era bastante frágil, Lúcar se obliga a renunciar y huir del país un tiempo para evitar el acoso.
- Luego de algunos meses y lamidas vuelve inesperadamente a la televisión vía ATV con “Dïa D” y actualmente infesta Frecuencia Latina donde debe sentirse a gusto en compañía de gente de la calaña de Jaime Baily, Mónica Delta, Aldo Mariátegui, todo un “Dream team” de la hez periodística criolla.
MONICA DELTA
LA LADY D DEL FUJIMORISMO
- Al igual que en el mundo del entretenimiento televisivo donde indecorosas especimenes hembras han escrito bochornosas páginas de antología, en el ámbito periodístico televisivo la incursión femenina ha sido bastante cínica ya que la incapacidad de reconocer errores y horrores parece incompatible con el orgullo estrogénico. La comunicación social, al margen de buscar hasta lo posible la información objetiva, tiene en muchos casos donde el mérito lo aconseja, el deber de sentar opinión y postura ante los hechos, quien renuncia a ello en situaciones de desliz político reniega de una de las más importantes misiones del periodista cuando se tiene la oportunidad de tener la tribuna a disposición.
- Esa tribuna fue la que desperdició Mónica Delta cuando la oportunidad se le presentó y demostró la madera apolillable de que estaba hecha. La periodista que empezó a hacerse notoria cuando reportera en Palacio de Gobierno curante el primer y olvidable gobierno de Alan García y recibía las preferencias en la atención presidencial insinuándose algo más entre ambos, lo que no suena nada descabellado a sabiendas de la conocida procacidad galante del inefable presidente reincidente del Perú.
- Panorama se convirtió desde sus inicios en un emblema de Panamericana Televisión, conquistando la aceptación y credibilidad respaldado por la imagen seria que emitía el canal como herencia de los tiempos de figuras monumentales de la televisión como Humberto Martinez Morosini, Iván Marquez, Angel Tacchino, Alfonso Tealdo, Guido Lombardi y otros. Por esas cosas del destino un día recaló como conductora Mónica Delta cuando el piloto automático de la antena caliente era favorable al rumbo de Panamericana, coincidiendo con los tiempos en que Ernesto Schutz tomaba el liderazgo del canal y se entregaba en cuerpo y billetera a los caprichos de Fujimori, Montesinos y el General Hermoza Ríos; en la conducción del programa siempre destacó por su desmesurada tibieza, cortesía y diplomacia para con los representantes de la corrupción del gobierno, los grandes escándalos de corrupción eran enjuagados por su poco aguda visión periodística, su opacidad no le alcanzaba ni siquiera para ser preferida por el presidente para concederle alguna entrevista exclusiva. Aunque “Panorama” en los tiempos de la yuca nipona y del papel higiénico suizo gozaba de un rescatable rating que a veces trataba de pelear con el líder indiscutible Nicolás Lúcar, pero al igual que su par, jamás destapó algo ó criticó con la energía que los atropellos a la democracia y la decencia ameritaban, mientras en los tramos finales del segundo periodo fujimorista miles salían a protestar contra el gobierno, los “líderes” de opinión televisivos como Delta y Lúcar como dirían después “no sabían nada”.
- Pero como para aclararle la memoria luego del desplome del fujimorato y la salida de los videos de Montesinos como pus brotando de un absceso, en algunos de los videos protagonizados por sus jefes Genaro Delgado y Ernesto Schutz, se hace referencia nada diplomática a su condición de mujer y dejan en claro que la línea del canal estaba manipulada para ser blanda con el gobierno y para cerrar el trato las montañas de dólares extasiando la mirada de Schutz eran el sello perfecto. Ante esa evidencia – primeramente como rumores – afloró la piel gruesa de Mónica, para ello se inventa una entrevista, mostrando sus virtudes como torera a la hora de evadir responsabilidades, su vulgar codicia al mantenerse al preferir mantenerse al frente del programa dejando de lado cualquier atisbo de dignidad periodística y humana; recién con la confirmación en video de la existencia de la vendimia de la línea el canal por parte de los directivos de Panamericana y ante el desprestigio humillante ante la opinión pública, decide renunciar y escapar de la presión viajando a los EEUU, inventando socarronamente un supuesto viaje al Afganistán en crisis después del 11 de Septiembre, cosa que sonaba a risa imaginar a una periodista de salón y té arriesgándose en esos avatares guerreros cuando ni siquiera provocó estornudo alguno entre la dictadura peruana.
- Luego de un profiláctico tiempo de olvido regresa al país y se mostró con la frescura de siempre, altanera ante las preguntas incómodas sobre su triste papel en plena dictadura, tuvo la desfachatez de calificar a su colega de oficio y de bagaje Jessica Tapia como “pieza sin importancia” al reemplazarla en “Panorama” y haber “dejado panamericana por “higiene mental”, como si alguna vez ella hubiese tenido peso en autonomía ó línea crítica. Sus recursos excusatorios llegaban a la ridiculez de fundarse en que ella nunca visitó el SIN, como si su ínfima importancia en el juego le ameritara una llamada del siniestro Montesinos. En el juego de las reinas de las conchudas, Laura Bozzo alguna vez la calificó de insignificante por trabajar para Schutz luego que Mónica con todo su rabo de paja la criticara por dejar mala imagen de los peruanos. En todo caso si Mónica Delta siempre quiso quedar bien con el poder y nunca incomodar a distinguidos señores de la aristocracia, equivocó la profesión y debió incursionar en el mundo de las lentejuelas o el entretenimiento frívolo que talento para ello de seguro no debe faltarle.
LA LADY D DEL FUJIMORISMO
- Al igual que en el mundo del entretenimiento televisivo donde indecorosas especimenes hembras han escrito bochornosas páginas de antología, en el ámbito periodístico televisivo la incursión femenina ha sido bastante cínica ya que la incapacidad de reconocer errores y horrores parece incompatible con el orgullo estrogénico. La comunicación social, al margen de buscar hasta lo posible la información objetiva, tiene en muchos casos donde el mérito lo aconseja, el deber de sentar opinión y postura ante los hechos, quien renuncia a ello en situaciones de desliz político reniega de una de las más importantes misiones del periodista cuando se tiene la oportunidad de tener la tribuna a disposición.
- Esa tribuna fue la que desperdició Mónica Delta cuando la oportunidad se le presentó y demostró la madera apolillable de que estaba hecha. La periodista que empezó a hacerse notoria cuando reportera en Palacio de Gobierno curante el primer y olvidable gobierno de Alan García y recibía las preferencias en la atención presidencial insinuándose algo más entre ambos, lo que no suena nada descabellado a sabiendas de la conocida procacidad galante del inefable presidente reincidente del Perú.
- Panorama se convirtió desde sus inicios en un emblema de Panamericana Televisión, conquistando la aceptación y credibilidad respaldado por la imagen seria que emitía el canal como herencia de los tiempos de figuras monumentales de la televisión como Humberto Martinez Morosini, Iván Marquez, Angel Tacchino, Alfonso Tealdo, Guido Lombardi y otros. Por esas cosas del destino un día recaló como conductora Mónica Delta cuando el piloto automático de la antena caliente era favorable al rumbo de Panamericana, coincidiendo con los tiempos en que Ernesto Schutz tomaba el liderazgo del canal y se entregaba en cuerpo y billetera a los caprichos de Fujimori, Montesinos y el General Hermoza Ríos; en la conducción del programa siempre destacó por su desmesurada tibieza, cortesía y diplomacia para con los representantes de la corrupción del gobierno, los grandes escándalos de corrupción eran enjuagados por su poco aguda visión periodística, su opacidad no le alcanzaba ni siquiera para ser preferida por el presidente para concederle alguna entrevista exclusiva. Aunque “Panorama” en los tiempos de la yuca nipona y del papel higiénico suizo gozaba de un rescatable rating que a veces trataba de pelear con el líder indiscutible Nicolás Lúcar, pero al igual que su par, jamás destapó algo ó criticó con la energía que los atropellos a la democracia y la decencia ameritaban, mientras en los tramos finales del segundo periodo fujimorista miles salían a protestar contra el gobierno, los “líderes” de opinión televisivos como Delta y Lúcar como dirían después “no sabían nada”.
- Pero como para aclararle la memoria luego del desplome del fujimorato y la salida de los videos de Montesinos como pus brotando de un absceso, en algunos de los videos protagonizados por sus jefes Genaro Delgado y Ernesto Schutz, se hace referencia nada diplomática a su condición de mujer y dejan en claro que la línea del canal estaba manipulada para ser blanda con el gobierno y para cerrar el trato las montañas de dólares extasiando la mirada de Schutz eran el sello perfecto. Ante esa evidencia – primeramente como rumores – afloró la piel gruesa de Mónica, para ello se inventa una entrevista, mostrando sus virtudes como torera a la hora de evadir responsabilidades, su vulgar codicia al mantenerse al preferir mantenerse al frente del programa dejando de lado cualquier atisbo de dignidad periodística y humana; recién con la confirmación en video de la existencia de la vendimia de la línea el canal por parte de los directivos de Panamericana y ante el desprestigio humillante ante la opinión pública, decide renunciar y escapar de la presión viajando a los EEUU, inventando socarronamente un supuesto viaje al Afganistán en crisis después del 11 de Septiembre, cosa que sonaba a risa imaginar a una periodista de salón y té arriesgándose en esos avatares guerreros cuando ni siquiera provocó estornudo alguno entre la dictadura peruana.
- Luego de un profiláctico tiempo de olvido regresa al país y se mostró con la frescura de siempre, altanera ante las preguntas incómodas sobre su triste papel en plena dictadura, tuvo la desfachatez de calificar a su colega de oficio y de bagaje Jessica Tapia como “pieza sin importancia” al reemplazarla en “Panorama” y haber “dejado panamericana por “higiene mental”, como si alguna vez ella hubiese tenido peso en autonomía ó línea crítica. Sus recursos excusatorios llegaban a la ridiculez de fundarse en que ella nunca visitó el SIN, como si su ínfima importancia en el juego le ameritara una llamada del siniestro Montesinos. En el juego de las reinas de las conchudas, Laura Bozzo alguna vez la calificó de insignificante por trabajar para Schutz luego que Mónica con todo su rabo de paja la criticara por dejar mala imagen de los peruanos. En todo caso si Mónica Delta siempre quiso quedar bien con el poder y nunca incomodar a distinguidos señores de la aristocracia, equivocó la profesión y debió incursionar en el mundo de las lentejuelas o el entretenimiento frívolo que talento para ello de seguro no debe faltarle.
ROSA MARIA PALACIOS
EL ARTE DE PASAR DESAPERCIBIDO
- Hay estrategias para sobrevivir y salir ileso de los tiempos difíciles; ellas incluyen desde la genuflexión sumisa hasta el camuflaje para desfilar intrascendentemente ante ojos y garras de los depredadores y carroñeros en la cumbre del poder. El segundo es el caso de Rosa María Palacios, hoy toda una paladín de la justicia en la lucha contra la corrupción de miles de soles, pero en los tiempos de la corrupción de millones en el apogeo del triunvirato Fujimori – Montesinos – Hermoza silbaba mirando al techo.
- Abogada de profesión y practicante del intrusismo en el periodismo por cuestión de ventajas en la rentabilidad, hizo una discreta carrera como funcionaria de mando medio en el periodo de la dictadura, primero junto a Alfonso de los Heros un primer ministro de Fujimori, después en Indecopi posterior al autogolpe de 1992, luego con Alberto Pandolfi y Víctor Joy Way; es decir sus enlodamientos con la mafia no fueron superficiales sino hasta con los jefes de alto vuelo, pero en fin pueden pasarse por alto. Luego inicia su perfil público cuando ingresa a dirigir un programa político en Cable Canal de Noticias, el canal comprado por Calmell del Solar y Ulloa con dinero del SIN y el ejército otorgado por Montesinos para manejarlo a su antojo; en dicho canal donde el resto de periodistas vivaban abiertamente al dictador, Rosa María hacía el juego de la desentendida y de tratante de temas estrictamente desde el punto de vista técnico jurídico tributario, administrativo, etc. cuando la situación política del país era evidente, estaba bajo la tutela de una corrupción como nunca vista en la historia; paralelamente a la nube que construyó en su programa, el periodismo independiente y no alineado descubría y ventilaba el chuponeo a los hombres de oposición de todo frente, el plan “Octavio” del SIN para silenciar a los periodistas opositores, las vendimias evidentes de medios de prensa, el descabezamiento del tribunal constitucional, etc., mientras Rosa Palacios vivía en una cómoda suite periodística; ella manifiesta haber renunciado a ese canal de cable cuando se descubrieron los entretelones de la compra mafiosa por parte de Calmell, pero era evidente desde que ese canal desde sus inicios y por sus contenidos era fuji-montesinista hasta la médula.
- Luego da el salto a la señal abierta previo corto paso por “Canal N” cuando ya era hora de saltar del barco en agonía, en América Televisión se mantiene hasta la actualidad con su programa “Prensa libre” desde hace ya varios años y donde siempre se muestra pundonorosa con una sonrisa irónica que siempre aflora en sus entrevistas que no en pocos momentos caen en el tedio de su verborrea – después de todo no puede escapar a la inevitable locuacidad femenina – interrumpiendo cualquier respuesta coherente que la deja como perdedora y pasando abruptamente a otra cosa ante la paciencia de sus entrevistados y por momentos se enfrasca con sus entrevistados en un duelo mediático de chaveta compitiendo quien lleva más ironía, esa incisividad no la tuvo en los tiempos añejos del fujimorismo, evidentemente por no tener los cojones.
- Pero su mayor gracia reside en su terco cinismo para negar lo evidente, además de su conveniente silencio en la etapa dictatorial, su participación activa en la campaña del candidato para la alcaldía de Lima por el oficialismo Juan Carlos Hurtado Miller ha sido negada por ella con toda la dureza de cara, alegando haber sido apenas una consultora tangencial y eminentemente técnica – pero recibiendo jugosos honorarios provenientes de la caja de la mafia –, para ese tiempo en 1998 en que todo el planeta con acceso elemental a la comunicación tenía ya idea de la calaña de todo lo que se expelía de Palacio de Gobierno, ella hasta elaboró el plan de gobierno de dicho movimiento. En el proceso posterior seguido a Hurtado Miller por manejos ilegales de dinero proveniente del estado para su campaña, manifestó haber gastado más de cincuenta mil dólares en la elaboración del plan de gobierno, aunque Rosa Palacios dijo haber cobrado alegremente sólo seis mil dólares de ello y en todo momento en actitud de Pilatos afirmó desconocer a los líderes de la campaña, pero la esposa de Hurtado Miller le enrostra por escrito en una carta recordándole su participación en la campaña, le recordó las cenas en la casa de Hurtado y los cinco cheques girados a su nombre incluídos en el expediente de su esposo, además de los contactos con Absalón Vásquez y Daniel Borobbio, figuras cercanas a Montesinos y al Presidente mismo. Rosa Palacios es a la vista de toda las evidencias reniega de su pasado Fujimorista y hoy se ha reciclado vía la hipocresía.
- En el 2003 con todas las comodidades de la democracia denuncia el “chuponeo” a su línea telefónica cuando los tiempos ya permitían esas licencias sin peligro alguno. Sus últimos protagonismos de escándalo los realiza al frente de Jorge Mufarech un impresentable matón de la política que sacó a la luz supuestos recibos de Palacios cobrados a la mafia y en un corto entredicho con Cesar Hildebrandt ha recibido el apoyo fraterno de su par moral Genaro Delgado Parker.
EL ARTE DE PASAR DESAPERCIBIDO
- Hay estrategias para sobrevivir y salir ileso de los tiempos difíciles; ellas incluyen desde la genuflexión sumisa hasta el camuflaje para desfilar intrascendentemente ante ojos y garras de los depredadores y carroñeros en la cumbre del poder. El segundo es el caso de Rosa María Palacios, hoy toda una paladín de la justicia en la lucha contra la corrupción de miles de soles, pero en los tiempos de la corrupción de millones en el apogeo del triunvirato Fujimori – Montesinos – Hermoza silbaba mirando al techo.
- Abogada de profesión y practicante del intrusismo en el periodismo por cuestión de ventajas en la rentabilidad, hizo una discreta carrera como funcionaria de mando medio en el periodo de la dictadura, primero junto a Alfonso de los Heros un primer ministro de Fujimori, después en Indecopi posterior al autogolpe de 1992, luego con Alberto Pandolfi y Víctor Joy Way; es decir sus enlodamientos con la mafia no fueron superficiales sino hasta con los jefes de alto vuelo, pero en fin pueden pasarse por alto. Luego inicia su perfil público cuando ingresa a dirigir un programa político en Cable Canal de Noticias, el canal comprado por Calmell del Solar y Ulloa con dinero del SIN y el ejército otorgado por Montesinos para manejarlo a su antojo; en dicho canal donde el resto de periodistas vivaban abiertamente al dictador, Rosa María hacía el juego de la desentendida y de tratante de temas estrictamente desde el punto de vista técnico jurídico tributario, administrativo, etc. cuando la situación política del país era evidente, estaba bajo la tutela de una corrupción como nunca vista en la historia; paralelamente a la nube que construyó en su programa, el periodismo independiente y no alineado descubría y ventilaba el chuponeo a los hombres de oposición de todo frente, el plan “Octavio” del SIN para silenciar a los periodistas opositores, las vendimias evidentes de medios de prensa, el descabezamiento del tribunal constitucional, etc., mientras Rosa Palacios vivía en una cómoda suite periodística; ella manifiesta haber renunciado a ese canal de cable cuando se descubrieron los entretelones de la compra mafiosa por parte de Calmell, pero era evidente desde que ese canal desde sus inicios y por sus contenidos era fuji-montesinista hasta la médula.
- Luego da el salto a la señal abierta previo corto paso por “Canal N” cuando ya era hora de saltar del barco en agonía, en América Televisión se mantiene hasta la actualidad con su programa “Prensa libre” desde hace ya varios años y donde siempre se muestra pundonorosa con una sonrisa irónica que siempre aflora en sus entrevistas que no en pocos momentos caen en el tedio de su verborrea – después de todo no puede escapar a la inevitable locuacidad femenina – interrumpiendo cualquier respuesta coherente que la deja como perdedora y pasando abruptamente a otra cosa ante la paciencia de sus entrevistados y por momentos se enfrasca con sus entrevistados en un duelo mediático de chaveta compitiendo quien lleva más ironía, esa incisividad no la tuvo en los tiempos añejos del fujimorismo, evidentemente por no tener los cojones.
- Pero su mayor gracia reside en su terco cinismo para negar lo evidente, además de su conveniente silencio en la etapa dictatorial, su participación activa en la campaña del candidato para la alcaldía de Lima por el oficialismo Juan Carlos Hurtado Miller ha sido negada por ella con toda la dureza de cara, alegando haber sido apenas una consultora tangencial y eminentemente técnica – pero recibiendo jugosos honorarios provenientes de la caja de la mafia –, para ese tiempo en 1998 en que todo el planeta con acceso elemental a la comunicación tenía ya idea de la calaña de todo lo que se expelía de Palacio de Gobierno, ella hasta elaboró el plan de gobierno de dicho movimiento. En el proceso posterior seguido a Hurtado Miller por manejos ilegales de dinero proveniente del estado para su campaña, manifestó haber gastado más de cincuenta mil dólares en la elaboración del plan de gobierno, aunque Rosa Palacios dijo haber cobrado alegremente sólo seis mil dólares de ello y en todo momento en actitud de Pilatos afirmó desconocer a los líderes de la campaña, pero la esposa de Hurtado Miller le enrostra por escrito en una carta recordándole su participación en la campaña, le recordó las cenas en la casa de Hurtado y los cinco cheques girados a su nombre incluídos en el expediente de su esposo, además de los contactos con Absalón Vásquez y Daniel Borobbio, figuras cercanas a Montesinos y al Presidente mismo. Rosa Palacios es a la vista de toda las evidencias reniega de su pasado Fujimorista y hoy se ha reciclado vía la hipocresía.
- En el 2003 con todas las comodidades de la democracia denuncia el “chuponeo” a su línea telefónica cuando los tiempos ya permitían esas licencias sin peligro alguno. Sus últimos protagonismos de escándalo los realiza al frente de Jorge Mufarech un impresentable matón de la política que sacó a la luz supuestos recibos de Palacios cobrados a la mafia y en un corto entredicho con Cesar Hildebrandt ha recibido el apoyo fraterno de su par moral Genaro Delgado Parker.
CECILIA VALENZUELA
LA MENOPAUSIA DEL MISTI
- Arequipa es una tierra con bellezas geográficas de envidia que ha dado al Perú además de algunos preclaros intelectuales, también a algunos de los más ilustres sinvergüenzas y antihéroes de la patria peruana. En sus tierras vieron la luz para desgracia del planeta, gente como Abimael Guzmán, Vladimiro Montesinos, Oscar Ramirez Durand y un tal Andrés Bedoya Ugarteche de reciente y opaca notoriedad; pero la tal vez injusta fama sobre Arequipa se basa mas en la peculiaridad de la personalidad de sus personajes, de una facilidad para la fluida antipatía, petulancia extravagante y ligereza de verbo por todo ambiente donde moran o discurren.
- Es en ese sentido que uno de los flatos menos recomendables que ha entregado esta tierra a la sociedad peruana lo representa la Periodista Cecilia Valenzuela, representante de la bajeza más ruin al servicio de la difamación ligera y obsesiva vía los medios de comunicación social. Luego de un periodo de humilde lloriqueo y tímida oposición ante la dictadura fujimorista donde alguna vez lanzó una denuncia sobre la doble nacionalidad del Presidente entonces como mayor mérito, entró en hibernación en un intrascendente programa en Canal N y luego Baruch Ivcher la acoge en su canal para ponerla a su disposición terminando de destruir lo regular de respeto que había conseguido en el periodismo y para desnudar y amplificar sus mas execrables vilezas como persona, después de todo ambos patrón y empleada compartían su afinidad por la abyección.
- La nueva era democrática le permitió a Valenzuela desarrollar todos sus demonios al servicio de Baruch Ivcher y desfogar sus días difíciles por la televisión nuevamente. Así teniendo en agenda el aún pendiente cobro de la millonaria indemnización hacia Ivcher por parte del Estado Peruano – por su despojo del Canal en la era Fujimori –, inicia una obsesiva persecución contra la persona de Alejandro Toledo, el débil presidente peruano de entonces, dando que pensar ante su enfermiza obsesión con él que tendría hasta aires racistas en el fondo, al igual que su compañero de Canal, el cómico de rabo de paja Carlos Alvarez, inclusive otorgando sendos espacios a un personaje cloacal como Gustavo Espinosa quien deslizó alegremente la versión de una violación efectuada por Toledo cuando ya ex-presidente. Diferente es el trato dado por su persona por ejemplo a un distinguido pícaro como Alan García con quien se ha mostrado siempre benévola y con mirada de mujer enamorada. Siempre en su paso por Frecuencia Latina obedeció a las líneas editoras dictadas por el capricho de su patrón Ivcher y se convierte de paso en eximia representante del secretariado periodístico. Valenzuela se trasmutó desde la tímida llorona de la dictadura a la petulante rastrera de la democracia, esto último para fines subalternos.
- Una de las cosas más tristes y denigrantes de su ejercicio periodístico en televisión fue el desperdicio de mal gusto de los recursos audiovisuales que esta permite, así era habitual en sus promociones el montaje de sonidos guturales y de supuestamente graciosos cómics como su toque personalista de “humor”, haciéndose característico su “uyuyuy” que ella creía graciosa, cosa que recordaba la línea del canal en la época de los Winter, además de su desagradable estilo de sarcasmos, risitas hipócritas y permanente estado a punto de desfogar sus histerias arequipunas, haciendo de su programa una sucursal de comicidad ambulante con sus montajes de edición de pobre nivel, además del reconocido poco rigor de sus investigaciones y la ligereza de su capacidad de difamación que le reconocen sus propios colegas que alguna vez la han comparado como la Magaly Medina del periodismo político. Es de recordar por ejemplo su burdo montaje con la imagen de la esposa de Ollanta Humala y Torres Caro en momentos de la campaña presidencial del 2006 insinuando un affaire entre ambos.
- Entre las perlas de esta “líder” de opinión en un medio tan poco competitivo como el nuestro, se cuentan dos entrevistas en “La ventana indiscreta” para la colección de la histeria y neurosis femenina del periodismo peruano; la primera realizada al nada afable ni transparente Francisco Diez Canseco quien la desquició nadando a su nivel y sacándole estropajos personales – como el hermano terrorista y las ONG de la Valenzuela – terminando la entrevista con insultos de callejón por parte de la conductora, que mostraba orgullosa en su publicidad los insultos que lanzaba contra su entrevistado al retirarse este, como si de una hazaña de dignidad se tratara en su distorsionado y pérfido pensamiento. La segunda entrevista de antología para los alumnos de periodismo fue la entrevista al ex procurador anticorrupción José Ugaz a quien acusaba de irregularidades éticas en el caso de los Petroaudios, pero que terminó masacrándola como a una alumna bisoña demostrando el poco temple de equilibrio emocional y la superficialidad en el rigor y profundidad de investigación en la Valenzuela; ante la unanimidad de la crítica, Ugaz hizo una carnicería de la entrevistadora.
- Pero el caso que terminó desnudando sus miserias de secretaria del dueño del canal fue la sorpresiva indemnización entre gallos y medianoche de más de veinte millones de soles a Ivcher, lo cual ante la opinión pública quedaba como una obscenidad para un país con prioridades marcadas en lo social y humano; toda la batería del programa de Valenzuela salió a defender con fiereza los intereses del hombre que luego dejaría una amplia estela de duda sobre su nacionalidad. Valenzuela es un ejemplo de la mediocridad de la oferta periodística televisiva peruana donde gente sin la profundidad filosófica o de investigación, sin equilibrio emocional, sin autonomía, serviles, de ligereza viperina pueden posicionarse en horarios estelares para servir fines mezquinos como causa principal.
LA MENOPAUSIA DEL MISTI
- Arequipa es una tierra con bellezas geográficas de envidia que ha dado al Perú además de algunos preclaros intelectuales, también a algunos de los más ilustres sinvergüenzas y antihéroes de la patria peruana. En sus tierras vieron la luz para desgracia del planeta, gente como Abimael Guzmán, Vladimiro Montesinos, Oscar Ramirez Durand y un tal Andrés Bedoya Ugarteche de reciente y opaca notoriedad; pero la tal vez injusta fama sobre Arequipa se basa mas en la peculiaridad de la personalidad de sus personajes, de una facilidad para la fluida antipatía, petulancia extravagante y ligereza de verbo por todo ambiente donde moran o discurren.
- Es en ese sentido que uno de los flatos menos recomendables que ha entregado esta tierra a la sociedad peruana lo representa la Periodista Cecilia Valenzuela, representante de la bajeza más ruin al servicio de la difamación ligera y obsesiva vía los medios de comunicación social. Luego de un periodo de humilde lloriqueo y tímida oposición ante la dictadura fujimorista donde alguna vez lanzó una denuncia sobre la doble nacionalidad del Presidente entonces como mayor mérito, entró en hibernación en un intrascendente programa en Canal N y luego Baruch Ivcher la acoge en su canal para ponerla a su disposición terminando de destruir lo regular de respeto que había conseguido en el periodismo y para desnudar y amplificar sus mas execrables vilezas como persona, después de todo ambos patrón y empleada compartían su afinidad por la abyección.
- La nueva era democrática le permitió a Valenzuela desarrollar todos sus demonios al servicio de Baruch Ivcher y desfogar sus días difíciles por la televisión nuevamente. Así teniendo en agenda el aún pendiente cobro de la millonaria indemnización hacia Ivcher por parte del Estado Peruano – por su despojo del Canal en la era Fujimori –, inicia una obsesiva persecución contra la persona de Alejandro Toledo, el débil presidente peruano de entonces, dando que pensar ante su enfermiza obsesión con él que tendría hasta aires racistas en el fondo, al igual que su compañero de Canal, el cómico de rabo de paja Carlos Alvarez, inclusive otorgando sendos espacios a un personaje cloacal como Gustavo Espinosa quien deslizó alegremente la versión de una violación efectuada por Toledo cuando ya ex-presidente. Diferente es el trato dado por su persona por ejemplo a un distinguido pícaro como Alan García con quien se ha mostrado siempre benévola y con mirada de mujer enamorada. Siempre en su paso por Frecuencia Latina obedeció a las líneas editoras dictadas por el capricho de su patrón Ivcher y se convierte de paso en eximia representante del secretariado periodístico. Valenzuela se trasmutó desde la tímida llorona de la dictadura a la petulante rastrera de la democracia, esto último para fines subalternos.
- Una de las cosas más tristes y denigrantes de su ejercicio periodístico en televisión fue el desperdicio de mal gusto de los recursos audiovisuales que esta permite, así era habitual en sus promociones el montaje de sonidos guturales y de supuestamente graciosos cómics como su toque personalista de “humor”, haciéndose característico su “uyuyuy” que ella creía graciosa, cosa que recordaba la línea del canal en la época de los Winter, además de su desagradable estilo de sarcasmos, risitas hipócritas y permanente estado a punto de desfogar sus histerias arequipunas, haciendo de su programa una sucursal de comicidad ambulante con sus montajes de edición de pobre nivel, además del reconocido poco rigor de sus investigaciones y la ligereza de su capacidad de difamación que le reconocen sus propios colegas que alguna vez la han comparado como la Magaly Medina del periodismo político. Es de recordar por ejemplo su burdo montaje con la imagen de la esposa de Ollanta Humala y Torres Caro en momentos de la campaña presidencial del 2006 insinuando un affaire entre ambos.
- Entre las perlas de esta “líder” de opinión en un medio tan poco competitivo como el nuestro, se cuentan dos entrevistas en “La ventana indiscreta” para la colección de la histeria y neurosis femenina del periodismo peruano; la primera realizada al nada afable ni transparente Francisco Diez Canseco quien la desquició nadando a su nivel y sacándole estropajos personales – como el hermano terrorista y las ONG de la Valenzuela – terminando la entrevista con insultos de callejón por parte de la conductora, que mostraba orgullosa en su publicidad los insultos que lanzaba contra su entrevistado al retirarse este, como si de una hazaña de dignidad se tratara en su distorsionado y pérfido pensamiento. La segunda entrevista de antología para los alumnos de periodismo fue la entrevista al ex procurador anticorrupción José Ugaz a quien acusaba de irregularidades éticas en el caso de los Petroaudios, pero que terminó masacrándola como a una alumna bisoña demostrando el poco temple de equilibrio emocional y la superficialidad en el rigor y profundidad de investigación en la Valenzuela; ante la unanimidad de la crítica, Ugaz hizo una carnicería de la entrevistadora.
- Pero el caso que terminó desnudando sus miserias de secretaria del dueño del canal fue la sorpresiva indemnización entre gallos y medianoche de más de veinte millones de soles a Ivcher, lo cual ante la opinión pública quedaba como una obscenidad para un país con prioridades marcadas en lo social y humano; toda la batería del programa de Valenzuela salió a defender con fiereza los intereses del hombre que luego dejaría una amplia estela de duda sobre su nacionalidad. Valenzuela es un ejemplo de la mediocridad de la oferta periodística televisiva peruana donde gente sin la profundidad filosófica o de investigación, sin equilibrio emocional, sin autonomía, serviles, de ligereza viperina pueden posicionarse en horarios estelares para servir fines mezquinos como causa principal.
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