- El lobbismo en nuestro antro criollo puede apreciarse como el arte subterráneo de la compra-venta de influencias que terminan en negociados que aparentan negocios saludables al amparo de la ley, resultando en un provecho personal contante y sonante hasta el estruendo para el vendedor, es una actividad económica surgida del ingenio humano para sacar provecho de las buenas relaciones y la cartera gorda, pisoteando por encima de terceros o sorteando con picardía el tedio de la cola de espera que se hizo para los tontos de a pie y cucufatos en extinción, arte este último por el que los peruanos nos hemos hechos característicos en el mundo. El Perú como no podía ser de otra manera ha tenido sus eximias estrellas domésticas del lobbismo, en esa exclusiva lista en el alto nivel pueden encontrarse desde un ministro de economía de varios gobiernos recientes y de convincente acento yanqui, a Fritz Dubois, Víctor Joy Way, a los recientes socios del club: Rómulo León y Alberto Quimper; pero muchos otros han pasado por los últimos gobiernos a salvo del conocimiento público en sus sólidas alcantarillas, pero el caso que viene a colación tiene sus elementos meritorios de contar en virtud a sus peculiaridades personales del involucrado.
- Hernán Garrido Lecca, formado casi a imagen y semejanza de su líder Alan García Pérez, con el mismo perfil psiquiátrico, la misma gallardía y carencia de escrúpulos políticos y morales, creció concientizado según una filosofía anacrónica de la realeza, pensando que existen dos tipos de seres humanos: los otros, súbditos pisoteables como utilizables y por otra parte los elegidos – como él y su amado líder García – a quienes todo se le debía perdonar y pasar por alto; o la otra explicación a su actitud es la presencia en el de una entidad psicopática que le permite el borramiento selectivo de la parte oscura en el recuento de sus actos y los cargos de conciencia a que estos inevitablemente llevarían en una persona con nociones éticas, o simplemente la explicación de su talante esta en la mera morrudez para caminar por la vida. El Dr. Garrido se atribuía en su ego delirante, la virtud de tener el alma transparente e inmaculada como para tener la autoridad moral de ser Catón de los actos ajenos.
- Una muestra de su vena de ventajoso oportunista es el hecho que durante el exilio alanista, fue uno de los pericos que se prestó a efectuar mordaces criticas al líder en desgracia que todos creían agonizante para la política, sugiriendo que debería presentarse a la justicia e ir preso, tal como lo hicieron otros en la misma línea como Rafael Rey y Javier Valle Riestra, los que luego finalmente en el triunfal regreso de García a Palacio no dudaron en presentar sus respetos y sus cuerpos y almas. Después de todo la política es permitida la convivencia de cocodrilos en la misma fosa séptica.
- Durante el gobierno de Alejandro Toledo el Banco Azteca de México intenta ingresar a operar en el Perú y para ello contacta con el experto en esas lides, Hernán Garrido, para tramitar dicho permiso, pero al no cumplir esta entidad con los requisitos de Ley imprescindibles para operaciones de este nivel, el pedido es rechazado en primera instancia; la historia de este banco tenia algunos tropiezos financiero legales que lo antecedían, se sabía que cuando operó en EEUU cometieron un fraude por 109 millones de dólares, pero por supuesto que esas faltas a la ética no eran de consideración para quien veía en su clientelaje una boyante oportunidad de negocios. Pero el tiempo transcurrió con sus paradojas y la diosa fortuna le devolvió las llaves de palacio de gobierno al partido de la estrella, entonces la oportunidad para el Banco Azteca y sus filiales limeñas se dio por hecho completando sus trámites a la velocidad de formula uno bajo la efectiva y bien rentada gestión del Dr. Garrido.
- Ya instaladas las huestes aprosas en el poder y llegada la hora el reparto del botín ministerial entre la cúpula, Hernán Garrido es instalado en el exuberante ministerio de Vivienda manejador de faraónicos contratos del tesoro publico, donde no pudiendo controlar su carácter conflictivo y frontal, inicia una campaña contra el ex ministro del régimen anterior Carlos Bruce, quien contraataca e insinúa cuales son las verdaderas dedicaciones negociadoras de Garrido desde antes del gobierno aprista. Con posteridad se descubre sus escandalosas preferencias por contratar publirreportajes con alguna prensa presta a las comisiones por debajo de la mesa. Luego del terremoto que asola el sur peruano en 2007, adquiere mayores responsabilidades – y fondos extraordinarios para hacer contratos – en su ministerio que era puntal de la reconstrucción de la zona afectada.
- Posteriormente pasa a ocupar el ministerio de Salud a la vez que sus apetitos de poder también crecen, y en su búsqueda del paraíso personal en el posicionamiento político cree encontrar la fórmula para venderse a la opinión pública como un probo funcionario y potencial candidato a la presidencia de la república en el país donde todo es posible – desde el nombramiento de ministros cleptómanos, hasta la elección de congresistas fronterizos y funcionarios municipales con estirpe de pirañas de arcas públicas –, así orquestó sensacionalistas operativos nocturnos en las guardias nocturnas de los hospitales nacionales llamando a los siempre dispuestos periodistas de la carroña como caja de resonancia, humillando públicamente ante las cámaras televisivas a sencillos empleados públicos y médicos de guardia irrumpiendo en las guardias para exponerlos ante la televisión nacional, demostrando su absoluta ignorancia de la naturaleza del trabajo médico y que en el Perú en tiempos apristas cualquier aspirante a cómico de vía pública puede dirigir ministerios, de paso Garrido encontró así una forma de cantinflesca campaña proselitista a la presidencia evidente ante la cantidad de cobertura por parte del canal estatal que recibían sus actividades y discursetes. Esta demás decir que sus conocimientos en salud se limitaban a la colocación de curitas y a la administración de la caja. Pero además del impacto mediático que buscaba, había que buscar siempre en cualquier cartera, una oportunidad de provechosos negocios, para la cual ideó en su bullente sentido de los negocios que la construcción y remodelación de hospitales eran la mejor oportunidad en el ministerio que ejercía; en medio de esta obsesión – potencialmente provechosa para sus cuentas – por buscar construir hospitales, tiene un altercado en una radioemisora con el Presidente de la región Ancash, en la cual recrimina ostentosamente con su preocupación por la construcción de hospitales y alardeaba de sus sabios consejos como planificador de infraestructuras hospitalarias, la opinión publica no conocía aún los entretelones de su nueva y aparentemente noble preocupación por la salud, es que había llegado en esos días a su vida oportunamente como la mosca a la miel el empresario dominicano Fortunato Canaán, dedicado entre otros rubros en especial a la construcción y equipamiento de hospitales; Canaan, recomendados de la presidenta de Republica Dominicana ante el presidente García, era un vehemente empresario acostumbrado a llevarse de encuentro a los competidores y ser practico en la agilización de tramites, y hombres como Hernán le caían como anillo al dedo, e inician una serie de coordinaciones para lo cual el entonces ministro de Salud visita hasta en cuatro oportunidades a Canaan en su suite hotelera a las que por supuesto nunca llevó cámaras de televisión como en sus visitas hospitalarias; paralelamente Canaán pujaba por obtener concesiones de lotes petroleros para lo cual también contaba con fieros agentes que debían facilitarle el acceso y así se destapa el caso de los Petroaudios con Rómulo Leon y Quimper como actores principales, ante lo cual el negociado de los hospitales queda trunco y deja a Garrido lamentándose por la oportunidad perdida. Aunque los implicados debían responder por sus actos, el partido aprista fue eficaz en cubrir las andanzas de Garrido en la madriguera de Canaán durante su estadía en Lima, no se podía tolerar mas escándalos públicos que dañen la imagen del mafioso partido de gobierno y una eventual entrega de dadivas a Garrido era difícil de probar filmicamente mas allá de una probable entrega de un costoso reloj como cariñoso presente al Dr. Garrido.
- Pero el episodio que lo pinta de cuerpo entero en su miseria humana es una grabación difundida durante la huelga médica en los tramos finales de su ministerio, en ella increpa la actitud insatisfactoria de un funcionario médico a su mando de una forma despótica con los términos: “no me importa que su mama tenga cáncer igual yo lo boto”, al respecto luego hace una explicación infantilmente ridícula basada en su apostólica preocupación por la salud del país y la eficiencia; a los pocos días, el escándalo de los Petroaudios le permite una salida silenciosa y evitando una censura tácita hacia su deleznable persona, donde el gremio de la salud lo tenia por aborrecido debido a sus abiertos insultos al personal de salud que trabaja en condiciones logísticas franciscanas. Afortunadamente dicho escándalo sobre influencias y coimas ilegales lo marcó fosforescentemente como para volver a ejercer cargos públicos, por el bien de un país en permanente fumigación de esquilmadores y necesitado de recursos, es conveniente mantenerlo alejado de las oficinas públicas.
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