miércoles, 16 de septiembre de 2009

04.- ALBERTO VENERO Y JUAN VALENCIA: EL COLOR DEL DINERO




- El testaferro se ha convertido en toda una institución dentro del arte de la corrupción, dícese testaferro del tipo que prestando su nombre, aparenta ser propietario de un bien – valioso en casi todos los casos – o un jugoso monto de dinero por encargo del verdadero propietario quien probablemente lo obtuvo de manera reñida con la legalidad y las buenas costumbres y que por ello debe pasar desapercibida su mal habida riqueza de las autoridades tributarias y en especial de las policiales para seguir gozando los placeres mundanos de la vida. Esta actividad puede o requerir a un apenas elemental letrado poseedor de documento de identidad que preste su nombre y firma o a un dechado conocedor de las mañas contables y tributarias, este segundo es el caso de quienes en este arte fueron dos figuras referentes en el Perú corrompido hasta la médula en los años 90 que fue una época propicia para la emergencia estelar de esta clase de individuos. Alberto Venero Garrido y Juan Valencia Rosas estudiaron juntos en el Cusco en el colegio Salesiano de esa ciudad y desde las aulas tal como Pinky y Cerebro ya hacían planes de cómo conquistar al mundo y vaya que lo lograron en sus horas de gloria.
- Alberto Venero siempre fue un tipo con suerte, con acceso al poder desde la época de su tío Lucho Venero Ugarte quien era ministro de Agricultura del Gobierno militar de Velasco Alvarado, en ese ambiente conoce a su futuro cómplice Vladimiro Montesinos a quien volvería a encontrar después que este saliese de la cárcel por ser traidor a la patria para juntos elaborar las mas virtuosas sinfonías de la corrupción. Alberto Venero se inicia tomando las riendas del negocio familiar de la confección de polos desde donde empezó a mostrar su vena de tenaz empresario.
- Pero la caja de Pandora para Alberto Venero fue el ascenso de Montesinos al poder en los años 90 y este lo solicita para manejar mafiosamente los dineros de la caja de Pensiones Militar Policial y así bajo la protección del todopoderoso Montesinos y la financiación ajena proveniente de la Caja de Pensiones, incursiona en negocios diversos desde venta de colchones hasta la negociación de aviones MIG 29, pero en lo que realmente descolló – siempre al amparo de la preferencias y protección del dueño del Perú de ese entonces – fue en el rubro de la construcción mediante sus empresas Metro y Dos de Mayo e inmobiliarias Santa Angela y Corporación Pirámide Azul S.A., construyendo galerías y edificios imponentes en los cuales se cree de paso realizo sobrevalorizaciones escandalosas, negocios en los cuales también participó su esposa Luz Elena Nazzar.
- El blanco favorito para las actividades de desfalco de estos personajes, fue como se mencionó, la Caja de Pensiones Militar Policial, esta se creó en 1974 para administrar los aportes de los efectivos de esas fuerzas, para 1992 contaba con un capital de 90 millones de dólares depositados en varios bancos, los cuales fueron entregados en administración de esos fondos a Venero para invertirlos. Venero llama entonces a su amigo Juan Valencia para esta labor y este además hace empatía con el siniestro asesor presidencial Montesinos, después de todo eran roedores depredando en la misma alcantarilla, y entonces ambos cumplen el encargo iniciando una agresiva e irresponsable política de inversiones que a los pocos años empezó a pintar cifras en rojo y los destinos de muchos fondos son bastante irregulares, lo que ameritó una denuncia por parte del congresista opositor Mario Ocharán en el congreso, en cuyas investigaciones en la subcomisión respectiva participaba un fiel can de Montesinos en el congreso apellidado Espichán que como era de esperar no quiso encontrar nada y promovió el archivamiento de la denuncia en 1996. Las posteriores investigaciones muestran que Montesinos fácilmente manipuló esa farsa de investigación con sus mayordomos.
- Venero y Valencia con el respaldo total de Montesinos jugaron en todo con el dinero de la Caja, además del negocio de la construcción, las compras de hoteles, movimientos financieros diversos en bancos y aduanas; Venero fue el proveedor preferido por las Fuerzas Armadas mediante sus empresas Impar S.A.,Comercializadora Importadora y Representación S.A. y Guts S.A. que ganaban arrasando todas las licitaciones donde se presentaba, desde luego bajo el padrinazgo de Montesinos, y entre lo mas audaz de su arsenal de mercader mafioso se cuenta su participación en la negociación para el estado peruano de aviones MIG 29 y Sukhoi 25, así como de un sistema antiaéreo, viajando para ello a Europa Oriental. Se cree que incluso Montesinos y Venero compartían una cuenta corriente en el Wiese Bank International de Gran Caimán. También los directores de la caja fueron arrastrados a este carnaval de expolio, el general Luís Pérez Documet un matoncillo de esquina de barriada, el ex ministro Juan Briones Dávila, el ex ministro Tomás Castillo Meza y el ex ministro Víctor Malca Villanueva quien es hasta ahora la rata mas escurridiza de la mafia fujimontesinista.
- Otro de los negociados efectuados por esta grupo es el de la compra de certificados bancarios en moneda extranjera por ocho millones de dólares en una operación que involucraba además a otros nombres como los de Luis Duthurburu Cubas (otro testaferro) y David Ellenbogen Schauer, gerente de banca privada del Banco Interamericano de Finanzas (BIF-Perú) que actuó esta vez como testaferro de la compra, con dinero efectivo entregado por Valencia y Venero quien a su vez luego afirmaba que era una operación para Montesinos quien no podía sustentar la procedencia de ese dinero con sus ingresos legales como asesor del SIN por lo que probablemente procedía de las actividades ligadas al narcotráfico (chantaje y protección usando sus influencias en el gobierno), se trataba de una operación de lavado de dinero.
- Para sus placeres personales, el grupo se dedicó además a la compra de lujosos inmuebles con dinero probablemente producto de extorsiones, en ese rubro Valencia fue importantísimo, le hacía el favor de aparecer como propietario de la casa de Surco donde Montesinos se escondió antes de escapar por mar en el velero “Karisma” y de la famosa Casa de la Playa Arica el nido de amor entre Montesinos y su amante Jackeline Beltrán, además de servir de escenario para legendarias orgías con las mujeres alegres de moda de la farándula limeña; cuando la policía y posteriormente la prensa ingresaron a dicho inmueble parecía ingresar a un palacio oriental, la casa de fachada exterior sencilla para intentar no llamar la atención, en su interior contaba con lujos dignos de emperadores.
- Venero y Valencia compartían una casa de Playa en Mala al sur de Lima, Venero tenia afición por coleccionar propiedades, poseía además otra propiedad en Las Casuarinas y en Camacho una propiedad inmensa del tamaño de casi una manzana llena de todas las comodidades imaginables – campos de fulbito, tenis, piscina, sauna – y que era centro de reunión de los mas encumbrados corruptos y podridos del régimen fujimorista entre militares, policías y políticos. Incluso se daba el gusto de realizar procesiones a la Virgen del Carmen ¿Patrona de los corruptos?.
- Venero tenia como es natural en esta clase de tipos afinidad por la carne barata de mujerzuelas en celo siempre disponibles para satisfacer su libido, y su preferida era la conocida ex-modelo y poco sesuda – aunque muy tetuda – Susan León con quien tenía sus lujuriosas encerronas, de una de las cuales se publicó alguna vez un curioso video pornográfico en la red e incluso esta mujer fungió de testigo en la compra de un departamento en Miami, financiándole también Venero a ella, mediante su empresa Guts S.A., un programete de televisión que ella conducía.
- Con la caída del régimen fujimorista, se acabó el padrinazgo omnipotente y como era natural las ratas abandonaban el barco y se pusieron a buen recaudo hasta que la justicia los atrape. Venero y Valencia huyen al extranjero desde donde fueron extraditados y hasta en los momentos de responder por sus actos mostraron su estirpe de seres míseros con poco temple; Valencia pretextó tener una enfermedad terminal y tener los días de vida contados para conseguir la piedad del juez del caso. Ambos cumplieron una corta sentencia al amparo de la complaciente legislación peruana para el caso y salieron a circulación a disfrutar hasta hoy del producto de sus años de robos.

1 comentario:

  1. investiguen al testaferro delincuente nestor rojas godines que esta en florida,usa.Este delincuente fue testaferro de venero. ¿Porque no lo extraditan?

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