miércoles, 16 de septiembre de 2009

03.- VLADIMIRO MONTESINOS: EL ASESOR DEL DIABLO


- Probablemente algunos pocos países en el mundo – como el caso de Rusia de la etapa Zarista y su legendario monje loco Rasputín –, puedan jactarse de poseer en su inevitable colección histórica de indeseables, a un personaje de las peculiares características y el calibre maquiavélico de Vladimiro Montesinos, un manipulador personalista del poder que llegó a volver dependientes de su talento al gobernante de turno con todo su sequito de subordinados y oportunistas del poder; y además fue responsable de inaugurar un modelo sui generis de dictadura y dejar la herencia de una nueva forma de hacer política apta para los países de estirpes políticas bárbaras e incompatibles con la decencia mas elemental con pueblos dispuestos a ser complacientes con ellos.
- Nacido en el departamento de Arequipa y criado en un entorno íntimo con una escasez de amor tal, que terminaron de configurar en él a un personaje de superlativa astucia y paupérrima moral que durante su adultez no conoció más fidelidad que el servilismo de los otros hacia su poder. Una anécdota que lo pinta de cuerpo entero dice que durante una reunión social en sus primeros años cercanos al poder, Montesinos contaba alegremente la historia del suicidio de su padre con una sonora carcajada: “el muy imbécil terminó suicidándose jajaja” ante el estupor de sus interlocutores ocasionales de entonces.
- Cuando joven ingresa al ejército peruano donde llegó a obtener el grado de Capitán y de donde posteriormente fue degradado y expulsado por realizar actividades de espionaje a favor de la CIA, y estuvo a punto de ser fusilado, de lo que salvó gracias a la intervención a su favor del entonces influyente General Edgardo Mercado Jarrín y pudo salir ileso a la vía pública; ya así prematuramente jubilado del ejército inicia la carrera de Derecho en la Universidad de San Marcos y al terminar la carrera comparte un buffet con un socio que resultó ser su primo al que terminó traicionando y quedándose con el negocio, pero su espíritu hamponesco empezaba a madurar apenas y tenía además un especial talento para husmear provechosos contactos en el poder, en el ejercicio de la abogacía se especializó en defender a rentables clientes colegas de mugre pero dedicados específicamente al narcotráfico.
- La oportunidad mágica para sus delirios de grandeza se le presentó con ocasión de la campaña electoral de 1990, para ese entonces Montesinos estaba instalado en un olvidado rincón y algún ojo clínico conocedor de sus habilidades para los trabajos inescrupulosos en el ámbito judicial lo recomendó para ayudar al emergente y sorpresivo candidato Alberto Fujimori en sus problemas legales de evasión de impuestos y fraude que aparecían como una espada de Damocles para su imagen y que sus rivales políticos podrían argumentar para tumbarlo – de hecho ya lo estaban usando mediante la prensa siempre presta a servir a patrones – ;Montesinos probó su eficacia desapareciendo expedientes acusatorios vía sobornos y los contactos que tenía con el poder aprista gubernamental de entonces y lavando momentáneamente la cara de su futuro socio y tutelado.
- Fujimori tenia una magnifica aura y ganó las elecciones sacando el máximo partido de las circunstancias favorables que el destino dibujo alrededor suyo y desde los inicios de su gobierno tuvo en alta estima y consideración a su ya oficialmente asesor Montesinos debido a sus poco honorables faenas judiciales en momentos difíciles de la campaña electoral, y poco a poco lo convierte en figura indispensable de su entorno político, recibiendo sus enseñanzas como un aplicado alumno de kinder sobre los protocolos del poder incluyendo desde la forma de vestirse hasta las estrategias de estado, así Vladimiro Montesinos seguía tomando cada vez más poder hasta sobrepasar todos los ámbitos jurisdiccionales imaginables.
- Desde entonces inicia desde el subterráneo, fuera de la vista pública, su reinado de poder y empieza de paso a hacer una suculenta caja personal mediante particulares negocios con narcotraficantes de alto vuelo de la selva peruana quienes le dejaban fabulosos cupos en dólares por dejarlos continuar con sus ilícitos negocios; Vladimiro Montesinos tenia el poder de concederles a los barones del narcotráfico virtuales licencias de funcionamiento, ante la ignorancia o complacencia temerosa del presidente Fujimori, dado el acumulo de información personal sobre el presidente que manejaba el asesor como arma de eventual chantaje que algún día no dudaría en usar.
- En Noviembre de 1992, en momentos en que ya se percibía claramente entre la comunidad en pleno, la línea dictatorial del gobierno fujimorista luego del autogolpe del 5 de Abril de 1992, se frustra un intento de expulsar del poder a Fujimori por parte de un pequeño grupo de militares descontentos liderados por el Gral. Salinas Sedo. Esta operación aborta debido al arrepentimiento de uno de los conspiradores que terminó delatando a sus cómplices y le dio la oportunidad a Montesinos de lucirse ante el presidente como un eficaz funcionario de inteligencia y acrecentando su imagen tutorial ante Fujimori; el propio Montesinos se encargo de algunos castigos físicos al líder de la intentona y de avisar al presidente – quien había huido a la embajada de Japón a esconderse – que ya podía regresar a Palacio. Después de esa temblorosa noche para Fujimori, su asesor era mas indispensable que nunca.
- Otro hecho que llamaba a la suspicacia como un potencial elemento mas de chantaje del asesor al presidente, era el rumor – confirmado mas adelante en otras circunstancias – sobre la dudosa nacionalidad peruana de Fujimori, para fines de su primer periodo de algún sector de la prensa especulaba sobre la falsedad de los documentos que la certificaban, el rumor cobraba cada vez mas fuerza, hasta que el alcalde de Miraflores Juan Andrade Carmona, exhibió una supuesta partida de nacimiento de su distrito perteneciente a Fujimori, quien afirmaba ser netamente peruano como era requisito para ejercer la presidencia. Años mas tarde en las difíciles circunstancias de su huida al Japón, el renunciante Fujimori apelo a su doble nacionalidad para refugiarse y ponerse a salvo temporalmente, pero mientras las cosas caminaban sobre ruedas en su gobierno es muy probable que esta doble nacionalidad sirvió como una arma mas de chantaje de Vladimiro Montesinos en su variado arsenal basado en la información que disponía.
- En el decenio fujimorista, Vladimiro Montesinos fue el cerebro de todas las sucias maniobras políticas que permitieron mantenerse en el poder al partido de gobierno, no se concebía estrategia política alguna – muchas de ellas lindantes o abiertamente ilegales – sin su aprobación, parecía no existir en el entorno del gobierno algún otro elemento capaz de dar coherencia a la camarilla de oportunistas que fue el partido Cambio 90. Una muestra de su especial talento para el manejo turbio de las influencias la demostró con su estrategia de registrar en sendos documentos de video las míseras faenas sexuales de congresistas, militares y todo posible tonto útil a su causa en “las Suites de Barranco” un prostíbulo de alcurnia rosa apto para los expoliadores de alto vuelo del estado peruano, muchos de esos involuntarios panzones actores de largos – o cortos – metrajes adultos inmunizaron sus vergüenzas de verse descubiertos, obedeciendo las ordenes de Montesinos en votaciones parlamentarias y transacciones bancarias.
- Pero hasta hombres como Montesinos eran capaces de enamorarse y así desposó a Trinidad Becerra con quien tenia una hija, las cuales también disfrutaron de los millones que Montesinos acumulaba de manera poco honrosa desde su trono en el Servicio de Inteligencia; desde luego el amor extramatrimonial no podía estar ausente en la vida de un obsesivo del poder y llegó a su oscura vida de la mano de una ambiciosa dama con quien a la larga encontraría una afinidad en su común pasión por la riqueza, la miseria y la prepotencia. Jackeline Beltrán, una secretaria del Servicio de Inteligencia, casada y con dos hijos, ella ambiciosa y muy enamorada de las arcas del estado – cuya llave manejaba su escuálido y pendejo galán asesorado por sus testaferros Valencia y Venero – lo que le permitiría darse la gran vida de viajes, lujos y lujurias en el nido de ratas amorosas que Montesinos se construyó en una playa sureña con todas las comodidades inimaginables – con piscinas subterráneas y baños con oro, entre otras excentricidades – y costeadas mediante el robo y la extorsión. El abuso de su influencia en el poder Judicial llegó a favorecer a su amante Beltrán para perjudicar a su esposo para efectos de la custodia de sus hijos en una pequeña muestra del poder que ostentaba. Su gusto por el lujo lindaba con la huachafería mas abyecta, llegando a coleccionar camisas de marca, relojes de oro, ternos en cantidades delirantes y siempre financiado por supuesto por el estado y el lobbismo y chantaje de bajos fondos. El cúmulo obsesivo de chucherias materiales, pareciera ser una constante sintomática en los seres de entrañas miserables que de pronto se encuentran atrapados en la vorágine del poder, como una revancha a su mediocridad intelectual o para satisfacer su de pronto revalorizada autoestima, así lo demostraron prominentes gansgters fichados en los anales delincuenciales de la historia como Suharto, Imelda y Ferdinand Marcos, Ceaucescu, etc.
- En las instancias militares también tenía las mas altas atribuciones pese al aparente liderazgo formal de otros personajes como Víctor Salazar Monroe y Nicolás Hermoza Ríos; disponía y nombraba jefaturas, manejaba lo fondos militares llegando al saqueo al estilo mas bárbaro como el que produjo en la Caja militar policial que llevó al borde de la quiebra al mismo poniendo en riesgo las pensiones de miles de policías y militares retirados, luego aprovechó para favorecer a los integrantes de su promoción del ejército en los cargos más altos de esa institución y llevó a los altos mandos militares en masa a firmar una vergonzosa acta de sujeción y fidelidad al régimen corrupto, el cual quedó registrado en uno de sus infames videos. El poder judicial no fue ajeno a sus apetitos y tenia todas las potestades, en este caso utilizando a un Marino llamado José Dellepiani como hombre de fachada, el Palacio de Justicia se convirtió en otro burdel político del régimen.
- Pero en lo que tuvo un aporte muy personal a la historia de la corruptela, fue en el chantaje videográfico; la salita del SIN que servía como escenario quedaría inmortalizada en explícitos diálogos sobre corrupción de la mas alta alcurnia; conspiraciones, tratos bajo la mesa, intrigas, negociados, favores y los infaltables costales de dinero eran los elementos sobre los que trataban sus “Vladivideos” (nombre con el que luego se conocería su colección), el asesor ideó el registrar mediante cámaras escondidas los tratos clandestinos con funcionarios políticos y todo tipo de arribistas entregándoles cantidades de dinero destacando en esos actos la figura de Matilde Pinchi Pinchi como la cajera de dichas transacciones y posterior testigo clave en los juicios que se le siguieron. Cayeron seducidos en sus redes desde líderes de oposición, empresarios, propietarios de medios de comunicación, artistas, mujerzuelas, oportunistas, alcaldes, parlamentarios y en un caso triste el emblema del fútbol peruano Héctor Chumpitaz quien inocentemente acepto postular a un cargo edil bajo la batuta y financiamiento oficialista, fue la peor decisión de su vida.
- Fue justamente el descubrimiento de manera fortuita de uno de esos videos, en un caso que tuvo su propia historia el que precipitó su caída abrupta del poder; Fujimori, tal vez harto de años de inventar historias para ocultar los escándalos políticos cada vez mas osados, decidió acortar el plazo de su tercer mandato – logrado fraudulentamente para variar – y disolver el Servicio de Inteligencia. Aquel día en una histórica conferencia de prensa el parlamentario Fernando Olivera inicia el derribo del régimen corrupto como un dominó al presentar el video donde aparecía el asesor Montesinos ofreciendo una cantidad de dinero al entonces parlamentario Alberto Kouri para aliarse al partido de gobierno en un trato bastante explícito, si bien inicialmente la prensa servil al régimen trato de diluir el asunto y no prestarle mayor importancia e incluso el mismo Montesinos trato de hacerlo aparecer como un escandalete mas que pronto se olvidaría, pero el efecto político seria insospechadamente devastador incluso para la cada vez mas infestada conciencia de Fujimori. A partir de allí se produce una crisis sin precedentes empezando por la renuncia anticipada de Fujimori y la subsiguiente de sus vicepresidentes que se mostraban temerosos de tomar dicho cargo en momentos críticos.
- Luego de las tensiones derivadas de haber perdido la gracia presidencial debido al escándalo del video Kouri-Montesinos, el asesor pasa finalmente a la clandestinidad desde donde inicia oscuras negociaciones con una serie de estrategias para presionar al poder ejecutivo formal amenazándolo mediante jactanciosas bravatas con un golpe de estado utilizando a sus fieles mandos del ejército, inclusive trata al pelele primer ministro de aquel ultimo tramo del gobierno Federico Salas en términos de: “Un presidentillo del consejo de ministros no me va a retar” insinuando que tenía la capacidad de promover un golpe de estado para lo cual ya estaba presto para ocupar la presidencia su servidor el ex ministro Carlos Boloña Behr.
- Producto de esas negociaciones entre arpías, el gobierno y Montesinos acuerdan – previa jugosa “indemnización” de quince millones de dólares – la salida del ya ex-asesor a Panamá, desde donde luego de una corta estadía y contando con el apoyo de personajes de la nobleza de Laura Bozzo, retorna al Perú para volver a revolver las aguas políticas y después de algunos cantinflescos amagos del aún - y cada vez mas endeble – presidente, de perseguirlo, escapa a Venezuela por vía marítima y luego de permanecer oculto por varios meses, en una operación algo confusa donde se especulaba incluso la protección del gobierno de ese país, es extraditado para afrontar una serie inacabable de juicios y como testigo en los juicios posteriores a Fujimori. Ambos socios otrora poderosos y dueños de los destinos de una republica alguna vez bananera finalmente responderían ante el poder judicial que antes pisotearon.
- Si algo hay que agradecerle a este personaje dentro de lo pernicioso de sus actos, es haber demostrado la magnitud de hasta donde puede llegar el flagelo de la corrupción en el país, todo ello fue inmortalizado para la posteridad en contundentes documentos fílmicos invalorables que mostraba el cinismo de los tipejos que desfilaron por su infame sala del Servicio de Inteligencia. Vladimiro Montesinos habitó en pleno el paraíso de la amoralidad como tal vez no hubo precedente conocido en América Latina; si existe el infierno como lo predica la tradición religiosa católica, con seguridad que el ingreso del héroe de esta historia puede darse por descontado, donde seguramente terminaría como un influyente consejero del príncipe del averno en los asuntos de extender su reino entre los mortales mediante todas las artimañas posibles o tal vez usurpe la alcurnia de la nobleza del azufre.

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