viernes, 8 de octubre de 2010

NUESTROS ABOGADOS


En esta orbe de absurdo cotidiano
donde cada disparate es posible
como es testigo cada ciudadano
la vida se hace no poco risible.

Para depredar en algún fulano
hay quien de gángster se recibe
con verduguillo o bala en mano
y otros que una cátedra concibe.

Con el descaro y las leyes
como aliadas en buen traje
se cebarán como bueyes
con suculento porcentaje.

Convertir en santo al bandido
y en víctima al pobre diablo
virulento oficio de forajido
Dios perdone verdad hablo.

Con recursos, habeas y mañas
apelan hasta que prescripción
se acomode a sus patrañas
librando angelito de sanción.

Líbrense de en sus manos caer
en trinchera común o del frente
pues es la peor pena merecer
excepto para rufianesca gente.

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